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domingo, 5 de mayo de 2013

"The Man Who Wasn't There"



"The Man Who Wasn't There", o "El hombre que nunca estuvo allí" .Enorme película dirigida por los hermanos Cohen (de mis directores preferidos sin duda), una de esas joyas que pasan inadvertidas, de las que poca gente habla, de esas que ves sin muchas expectativas pero que acaban por atraparte dejándote embobado tras los créditos. Esta es sin duda una de esas películas, perfectamente gris e hipnotizante.




Fue estrenada en 2001 de mano de Joel y Ethan Cohen. Pasó algo inadvertida pero tuvo gran acogida en todo el mundillo del cine independiente además de una buena crítica.

Esta historia nos sitúa en un pequeño pueblo de California, donde Ed Crane, un hombre más gris que el propio color de las escenas, trabaja como barbero, viendo pasar una vida que parece no pertenecerle. Arrastra su propia existencia, sin ninguna pasión ni ambición.  Es un hombre totalmente alienado y vació.  
Sin duda, los Cohen logran a la perfección crear a este personaje apoyándose en una impecable actuación de Billy Bob Thornton, el cual yo ni siquiera conocía y me supuso una grata sorpresa. La película en si es este personaje, el pasivo barbero unido a un cigarrillo, un humeante fracaso. El propio título de la película y el que este grabada en blanco y negro ayudan a crear la atmósfera de vacío existencial que inundan al personaje.

Pues bien, su pasividad y apatía se ven interrumpidos por una oportunidad, una opción para hacer algo en su vida, para no ser alguien más. Algo tan simple como emprender un negocio supone una enorme puerta a la libertad para el protagonista, el cual acepta invertir en un negocio de secado en seco con un extraño en un desesperado intento de avivar un poco su gris vida. Este negocio supuso ser una terrible estafa además, Ed se ve obligado a asesinar al jefe de su mujer. Este cumulo de acontecimientos traen consigo un cambio en la personalidad de Ed, un cambio interior más bien, pues lo vemos reflejado en la voz en off mientras el "aspecto" exterior del barbero se mantiene intacto. A pesar de que su vida comienza a desmoronarse, el ve como todo comienza a tomar cierto sentido, como empieza a escribir su propia historia en la que él es el protagonista y no un simple observador. A pesar de esto, este se ve agobiado pues es acusado de un crimen que no cometió irónicamente, pues no se le responsabiliza del asesinato del jefe de su mujer. Como método de escape, encuentra a Birdy, una joven interpretada por Scarlett Johansson, la cual toca el piano. Ed disfruta de ver a esta tocar, aunque supone un gran desengaño para él, pues en realidad carece de talento y todo lo que toca son obras de grandes compositores que el protagonista desconocía.
En este continuo camino a la perdición, en una larga sucesión de desengaños y malas decisiones, es cuando Ed empieza a ser consciente de su propia existencia, a dar a su vida un significado, a hacerse a sí mismo. Este encuentro con su vida queda plasmado en la cinta cuando en el preámbulo a su condena, escribe su propia historia para una revista, la historia de su vida, de su verdadera vida llena de errores, pero al fin y al cabo, su existencia. Finalmente, sentado en la silla eléctrica reconoce todos sus  fallos y, sobre todo, acepta su vida, cerrando así una magnífica película y una de mis preferidas.




Sin duda, al acabar la película uno tiene que pensar, e incluso no puede evitar sentirse identificado en parte con el gris barbero. Esos momentos en los que nos sentimos fuera de nuestras vidas, sin ningún objetivo ni aspiración, buscando desesperadamente algo en lo que apoyarnos, una historia en la que seamos nosotros los protagonistas y no meros observadores. Esto hace plantearnos que es nuestra vida, si en realidad somos dueños de nosotros, incapaces de dar un significado a nuestra historia. Quizás estos temas, el significado o finalidad de nuestras propias existencias sean temas demasiados trascendentales y, sinceramente, no tengo ni ganas de pensar en el tema. Es triste ver como tus aspiraciones son mutiladas por la realidad, como lo que quieres llegar a ser o lo que quieras hacer se topa con la infranqueable realidad. Al final, uno se resigna a ignorar esa parte soñadora de uno mismo convirtiéndose en un Ed, en una persona gris viviendo una vida que parece ser impuesta y de la que ni siquiera se es dueño. Al final, pasare a considerar a los humanos más como maquinas que como hombres, pues nada les pertenece y no somos más que productos engañados por  nosotros mismos, imponiéndonos nuestras propias cadenas y limitaciones.
Dejando de lado toda esta amargura, si es cierto que tanto nuestros errores como aciertos conforman nuestra vida, siendo los primeros incluso más "emocionantes". Debemos buscar nuestra propia historia, no dejarse arrastrar por las pautas de la sociedad, ser nuestros propios protagonistas, ser tal como somos y no como deberíamos ser. Un pequeño acto de libertad y rebeldía, un poco de color en esta gris película.


sábado, 30 de marzo de 2013

2+2=5

Podemos considerar nuestra mente como una hoja en blanco sobre la que formamos nuestro conocimiento, nuestras ideas y pensamientos. Recibimos miles de percepciones y experiencias las cuales conformarán nuestro pensamiento. Lógicamente nuestra mente no alberga todo lo que percibimos, si no que realiza una selección. Este proceso vendrá marcado por la intensidad y la continuidad de lo percibido, es decir, cuando tenemos una experiencia muy intensa, es obvio que esta nos impacte en mayor proporción, que sea un determinante fundamental de como se forme nuestro pensamiento en el futuro. Por otro lado, la continuidad será otro factor fundamental, es más, creo que es este el principal motivo por el cual se forma el pensamiento colectivo, es decir, un gran número de personas con un mismo modo de vida y en un mismo entorno tienden a tener pensamiento comunes por el hecho de recibir experiencias similares y continuas.
Por lo tanto, el pensamiento, nuestra forma de ser, viene estrechamente ligada a las experiencias que hemos recibido a lo largo de nuestra vida. Entonces ¿Pueden usarse nuevas experiencias para modificar la conducta de las personas? Utilizando experiencias muy intensas y continuas, podríamos llegar a romper incluso los pensamientos más lógicos de una persona, volver a alguien completamente distinto a quien era anteriormente.
Estas técnicas, el usar fuertes e intensas sensaciones para modificar la conducta de una persona, han tenido y tienen gran presencia en multitud de obras literarias y cinemáticas. Por ejemplo, en el libro "1984" de Orwell, vemos como al protagonista, Winston Smith, es sometido a una intensa tortura, como O´Brien le aplicaba descargas eléctricas de una altísima intensidad. Con ello, pretendía que Winston Smith dejara de ser el, que aceptara todo lo que el partido ordenara por encima de lo que dictara su razón. La extrema intensidad de la experiencia llego a cambiar su pensamiento de tal modo que acepto algo imposible, ilógico e impensable como es el enunciado 2+2=5. Vemos aquí un claro ejemplo de como la intensidad podría llegar a deformar la mente de una persona, de moldearla a voluntad. Quizás no a los niveles que vemos en la obra de Orwell, pero seguramente no sea nada descabellado asegurar que mediante intensas experiencias podamos cambiar la personalidad de las personas.
Tras esto, también conviene ejemplificar el otro gran factor, la continuidad. Siguiendo con las obras distópicas, nos encontramos con un perfecto ejemplo en la obra de Huxley "Un mundo feliz", donde se condicionaba el pensamiento de las personas mediante infinitud de repeticiones de mensajes. Si durante un largo periodo de tiempo recibes un mismo mensaje, tu mente recibirá esa experiencia una y otra vez y por fuerza acabaras por tomarlo como una verdad incuestionable. En cierto modo, esto podemos verlo en la realidad, en nuestra propia sociedad, donde se repite continuamente desde nuestra mas tierna infancia que es lo que esta bien y lo que esta mal y, con mayor o menor efectividad, pasamos a considerar estas "ordenes morales" como totalmente ciertas.
Por último, añadiré un ejemplo en el que confluyen tanto la intensidad como la continuidad. En la famosa obra cinematográfica de Stanley Kubrick, adaptación de la novela de Burgess "La naranja mecánica"  vemos como elaboran un sistema para modificar la conducta de aquellos jóvenes conflictivos. Alex, el protagonista de esta obra, un joven adicto a la ultra violencia  es sometido a esta terapia donde abotargan su cuerpo de drogas, causándole un gran malestar, poniéndole a continuación horas y horas de películas de ultra violencia. Como es lógico, acaba relacionando el malestar de las drogas con las imágenes de violencia, rechazando una parte de si mismo que le definía completamente. Además, al ir acompañadas las imágenes de música de Beethoven, pasara de adorar las obras de este gran compositor a no poder escucharlas debido al gran rechazo que estas le producen.
En resumen, siendo las experiencias las que conformaran nuestro pensamiento y forma de ser, tanto la intensidad como la continuidad de estas serán los principales factores que formen la mente de las personas, teniendo la capacidad de utilizar nuevas experiencias de intensidad y continuidad elevadas para cambiar el pensamiento de las personas.
Estas practicas pueden dar tanto grandes beneficios para la sociedad como terribles consecuencias, desde formar sociedades aparentemente solidas y perfectas a jugar con las personas como meras marionetas incitándoles a realizar acciones en beneficio de unos pocos.
Para finalizar, a pesar de los beneficios que podamos obtener de estas prácticas, no veo para nada adecuado considerar la mente de las personas como algo que podamos modificar a voluntad, aunque ciertamente esta herramienta es continuamente usada por la sociedad como puede ser, por ejemplo, en el ámbito publicitario, educativo, político...

jueves, 31 de enero de 2013

Felizmente sumiso

Sumisión y conformismo. Esta son las principales claves que nos propone Descartes si queremos alcanzar una vida feliz y acomodada. Abandonar tu identidad y ser aquello que desea la sociedad en la que vivas, aceptar el orden del mundo sin rechistar abandonando toda leve idea contraria a las leyes y costumbres establecidas.
Esa es la brillante idea que nos propone el filosofo francés: sumisión, derrotismo y conformismo. Si algo no te gusta, traga con ello y acéptalo.
Dudo mucho si es racional cambiar nuestros deseos, los cuales pueden ser perfectamente lógicos, en vez de aquello que puede que no consideremos tan lógico, como son las leyes y tradiciones del lugar en el que hemos nacido. No creo que someterse al orden establecido sea guiar nuestra vida por la razón, ni que así consigamos la felicidad ni la comodidad. En serio, no se en que estaba pensando Descartes al plantear la moral provisional. Debía tener una vida cómoda por lo que puedo entender, y el ambiente de Holanda sería fácilmente aceptable, pero intentar aplicar esto a todas las sociedades y situaciones me parece un tanto absurdo e irracional. Una persona no puede cambiar libremente sus deseos, no puede pasar de odiar y rechazar algo a simplemente aceptarlo.
Si nos ponemos en esta situación  en la que un hombre simplemente acepta todo aquello que rechaza... ¿De  verdad sería de someterse? Por muy racional que sea aceptar lo que nos molesta para así conseguir la felicidad, es completamente imposible hacerlo  no veo como una persona olvida su identidad, lo que es. Es más, pienso que este acto lleva a la amargura, que no podemos olvidar completamente nuestra personal, que queramos o no,  lo que rechazamos nos seguirán atormentando y no conseguiremos otra cosa que vivir descontentos con nosotros mismos, como si fuéramos extraños en nuestro propio cuerpo.
Me parece muy simple esta manera de logar la felicidad y una vida cómoda, siempre y cuando seas una maquina carente de personalidad e identidad. Si aceptamos todo lo que nos molesta, todo lo que nos amarga, enfurece o entristece, es lógico, muy lógico, que pasemos a ser felices, pero repito, es totalmente imposible que una persona haga esto.
Por otra parte, esto me hace plantearme que entiende Descartes por felicidad. Si la única finalidad es dedicarse única y exclusivamente a la razón forzándonos a olvidar todo lo que rechazamos, no es felicidad, o por lo menos una concepción bastante simplista de lo que yo considero felicidad.
Pienso que el luchar y no aceptar aquello que no consideramos justo, lógico  o simplemente no nos gusta, no impide que consigamos la felicidad, es más, la satisfacción de cambiar el entorno en vez de nuestros deseos es bastante más amplia que someternos a lo estableció  Ademas, el ejercicio de buscar soluciones a aquello que consideramos ilógico volviéndolo lógico es otra forma de someter nuestro intelecto a la razón.
Es cierto que si decidimos cambiar el entorno y no nuestros deseos perdemos eso que tanto entusiasmaba a Descartes, la comodidad, pero no considero esta motivo suficiente para la sumisión.
En definitiva, si queréis ser "felices" olvidaros de quienes sois y sublevaros al orden establecido, una forma relativamente fácil de alcanzar la ansiada felicidad si no tienes apego por tu identidad y personalidad.



domingo, 30 de diciembre de 2012

Herramienta dispuesta a pensar



Desde el momento en que nacemos, sin ser consciente de ello, nos vemos obligados a asumir un tipo de vida. Somos lanzados a unas circunstancias y a una época que no podemos elegir, que debemos aceptar. Nuestra existencia empieza con la perdida de nuestra libertad. Precio a pagar si queremos vivir en sociedad.
Por una parte es lógico. Nacemos en una sociedad ya encaminada a unos fines claros, es razonable que nos quieran preparar para contribuir en el objetivo de dicha sociedad. Vemos que desde nuestra infancia, cuando nuestra capacidad de razón o de crítica es prácticamente inexistente, nos impregnan de aquellos ideales que se consideran útiles y buenos, repitiéndonos aquello que es correcto, a donde debemos encaminar nuestras vidas. Podría decirse que no somos una persona única con ideales propios y originales... En realidad somos uno de muchos, un producto de la gran industria que es la sociedad, somos "fabricados" en cadena con el fin de ser útiles al más puro estilo de Un mundo feliz donde los niños eran producidos artificialmente y sometidos a miles de repeticiones de los ideales y normas que debían seguir para el correcto funcionamiento de una perfecta sociedad.
Esto parece algo alejado de la realidad, pero si nos detenemos a pensar, esas repeticiones con ideales a seguir se dan en nuestra sociedad. Nuestra infancia está marcada, directa o indirectamente, por una tormenta de valores, de un modo de vida  que debemos aceptar y esto, a mi modo de ver, es innegable. Estudia para trabajar, trabaja para ganar mucho dinero, cómprate una buena casa y un buen coche, cásate y ten unos cuantos hijos... Más concretamente, la única finalidad del hombre en sociedad, aquella idea con la que impregnan nuestra mente es sin duda la de producir y adquirir. Bajo contextos de felicidad y comodidad, nos preparan con el único objetivo de producir riqueza, de ser económicamente útiles. En el rumbo actual de la sociedad, no veo especial diferencia entre una herramienta y un hombre, ambos son creados para la producción.
Y aún hay más, no solo nos convierten en herramientas productoras, también en bestias consumistas. Vivimos rodeados de publicidad, crecemos junto a esta, nos  incitan a comprar artículos que ni queremos ni necesitamos, llegándo a obsesionarnos con cualquier producto de dudosa utilidad el cual consideramos indispensable para nuestra existencia. Necesitamos del lujo y la comodidad, de todo aquello que la tele y sociedad nos pone en el escaparate de unas mentes que poco nos pertenecen ya.
Entonces... ¿Quiere esto decir que nuestras vidas se reducen a mover los engranajes del mercado, al movimiento del capital? Parece triste, pero es el rumbo que está tomando la humanidad. Sin duda, el dinero y la riqueza han tomado demasiada importancia en la existencia del ser humano. Solo hace falta ver lo que se denomina tercer mundo, personas que su existencia se da para ofrecer mayor comodidad al primer mundo produciendo aquellos artículos que ansiamos.
Después de esto es conveniente preguntarse, ¿es posible la libertad?. Sin dudarlo un instante, diría que no. Si nos imponen un modo de vida, toda decisión ya estará dentro de un marco cerrado, aquello que pensamos, que elegimos nosotros, es una falsa libertad, una capacidad de elección mínima entre unas opciones ya dadas, que no nos son propias.
Sé que no todo es tan homogéneo, que existen millones de casos en que las personas sienten rechazo al modo de vida que nos han impuesto, que desean abandonarlo o cambiarlo, una decisión que consideramos fruto de la libertad. Lo cierto es que esta decisión es prácticamente imposible llevarla a cabo, en la mayoría de los casos nos resignamos a aceptar ese modo de vida. Tenemos demasiados lazos con esa sociedad, somos productos de ella y, queramos o no, sentimos apego hacia ella, es difícil desprenderse de una vida para lanzarnos a lo desconocido.
Dicho esto, he de decir que tenemos la libertad sobrevalorada, en realidad carece de utilidad, no nos proporciona ninguna seguridad, solo nos arroja a lo desconocido. Necesitamos de una sociedad y debemos vivir de la forma que nos “ofrecen” en mayor o menor medida. Quizás nos guste o no, ansiemos libertad o un modo de vida distinta, pero pensando detenidamente, es esta la sociedad quien nos garantiza una vida siempre y cuando acates sus reglas. Es molesto ser consciente de que tu vida, tus pensamientos e ideales no son tuyos, que tus deseos son infundidos.
No aceptarlo es un acto un tanto testarudo, poco útil, obligarse a vivir disconforme con tu propia vida. Aceptarlo sería derrotista, engañarse a uno mismo, volverse otra oveja feliz fruto de la sociedad. Dos opciones a elegir, un poco de esa falsa libertad que tanto nos gusta, dos modos de vida aparentemente  distintos y prácticamente idénticos, dos productos de la gran fábrica que es la sociedad.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Esclavos de nosotros

El Estado es  la asociación más importante entre humanos, aquella que busca el mayor bien para la especie. Para entender el Estado es necesario entender la parte más básica que lo compone: la familia. Esta es la asociación natural de nuestra especie, natural por cubrir nuestras necesidades más básicas como es la reproducción, de hay que se forme por individuos de distinto sexo. La forma en la que el hombre de la casa gobierna a su familia es equivalente al gobierno del Estado ya que la agrupación de varias familias forman pueblos que estos a su vez forman un Estado completo el cual cubre toda necesidad vital. Por lo tanto, el buen Estado necesitara de la buena familia.

El hecho de que la naturaleza dote a los seres humanos de diferente manera estando unos capacitados para mandar y otros para obedecer es la base de la familia, es decir, aquel que cuente con el don de la razón y la previsión será el señor de la casa mientras que, por su naturaleza, el esclavo y la mujer han de obedecer. Con lo cual, las partes más simples de la familia sera el señor, el esclavo, la mujer y los hijos siendo estos elementos a su vez las bases de la economía doméstica en la cual es indispensable la relación entre el hombre libre y esclavo que, como ya he dicho, están condicionados a serlo por la propia ley natural. 
Esta relación de autoridad y obediencia es necesaria además de útil; el señor no depende del esclavo pues es un hombre libre por naturaleza pero si le resulta beneficioso esta relación, por otra parte, el esclavo depende totalmente del señor pues esta en su naturaleza obedecer a otro, no pertenecerse a si mismo.
El esclavo, que por naturaleza contara con el vigor necesario para  realizar las diferentes tareas,  es el encargado de facilitar la existencia del señor cubriendo sus necesidades materiales. Una vez el señor pueda abandonar su tarea de gobierno en la familia cediendo su puesto a un mayordomo será cuando pueda dedicarse plenamente a las tareas filosóficas y políticas propias de alguien con su naturaleza.

Ahora bien, ¿es necesaria la existencia del esclavo para el funcionamiento de la familia y por consiguiente la del Estado?, ¿es justa la posición del esclavo?.
Preguntas con respuestas afirmativas para Aristóteles y, sin duda, negativas para mi. La figura del esclavo supone un gran beneficio para el señor que verá su vida tremendamente facilitada siendo capaz de dedicarse a tareas más relevantes que cubrir sus necesidades básicas, pero es sin duda un acto egoísta.
No comparto la idea de que una persona este por naturaleza destinada a no pertenecerse a si mismo, sino obedecer a otro, a ser un esclavo. Además, como determinar quién es esclavo y quién señor. En edades  tempranas sería imposible saber quién esta predispuesto a que y en edades avanzadas todo el mundo se preparara para ser señor pues gozará de una mejor vida. Solo veo una respuesta y es la descendencia, es decir, el único argumento “razonable” sería que los esclavos engendran esclavos mientras que los señores engendran señores aunque, evidentemente, esto no es así  ya que el propio Aristóteles afirma que la ley natural a veces es caprichosa engendrando esclavos a señores o señores a esclavos. No veo ninguna salida clara con lo que puedo afirmar que no existe ninguna predisposición natural a ser gobernado o gobernar. Es por esto que, a pesar de la gran utilidad de la esclavitud desde un punto de vista egoísta, niego totalmente la existencia de esclavos en la familia. 
Además, hoy en día no sería necesaria su  pues gran parte de las necesidades básicas son cubiertas por la propia sociedad aunque si se necesita riqueza para poder cubrirlas, riqueza conseguida atreves de un trabajo que rara vez coincide con las verdaderas motivaciones del hombre volviendo a la posición en que el hombre necesite dedicarse a tareas ajenas a sus intereses para cubrir sus necesidades básicas sin poder desarrollar plenamente las actividades con las que se sienta identificado.
Quizás sea necesaria, casi obligatoria, la existencia de esclavos para dedicarnos a aquello que queremos sin necesidad de atender tareas para cubrir nuestras necesidades básicas pero sin duda debemos buscar una alternativa, sacrificar un poco de nosotros para que todos gocen de la posición de hombre libre, ser esclavos de nosotros mismos.


Fuente: (Aristóteles: Política, libro primero) 
http://www.laeditorialvirtual.com.ar/pages/Aristoteles_LaPolitica/Aristoteles_LaPolitica_001.htm#C3

domingo, 28 de octubre de 2012

Capacitados para gobernar

La filosofía de Platón tiene como objetivo la formación del estado ideal, de un sistema político justo basado en un saber objetivo y absoluto y en una educación encargada de preparar y situar al ciudadano en la clase social oportuna según la función que mejor desempeñe, es decir, distinguirá entre las almas de oro, plata y bronce y las prepara para ser gobernantes, guardianes o productores.
Platón consideraba que el alma esta compuesta por tres partes, el alma racional, el alma irascible y el alma apetitiva. Todos poseemos un alma integrada por estas partes lo que me hizo preguntarme porque si todos reciben la misma educación (al menos de los 5 a los 20 años), unos desarrollaban una parte del alma más que otros, ¿no sería más lógico pensar que es la educación recibida lo que impulsará el desarrollo de las partes del alma?. Pues bien,  para Platón esto no sería posible ya que, desde el momento en que nacemos, estamos destinados a poseer las cualidades de un gobernador, guardián o productor. Esta teoría viene a raíz del Mito de los metales, el cual os muestro a continuación:

“El dios que nos ha formado ha hecho entrar el oro en la composición de aquellos que están destinados a gobernar a los demás, y así son los más preciosos. Mezcló plata en al formación de los guerreros, y hierro y bronce en la de los labradores y demás artesanos. Como tenéis todos un origen común, tendréis, por lo ordinario, hijos que se os parezcan; pero podrá suceder que un ciudadano de la raza de oro tenga un hijo de la raza de plata, que otro de la raza de plata de a luz un hijo de la raza de oro, y que lo mismo suceda respecto a las demás razas. Ahora bien, este dios previene, principalmente a los magistrados, que se fijen sobre todo en el metal del que se compone el alma de cada niño. Y si sus propios hijos tienen una mezcla de hierro o de bronce, no quiere que se les dispense ninguna gracia, sino que les releguen al estado que les convienen, sea al de artesano, sea al de labrador. Quiere, igualmente, que si estos últimos tienen hijos en quienes se muestran el oro o la plata, se los eduque a los de la plata en la condición de guerreros, y a los del oro, en la dignidad de magistrados, porque hay un oráculo que dice que perecerá la república cuando sea gobernada por el hierro o por el bronce.”

Como podemos leer, el Demiurgo introdujo cuatro metales en el alma humana y según que metal prevalezca en nuestra alma, tendremos unas cualidades u otras, estando desde nuestro nacimiento destinados a pertenecer a una clase. También nos dice que la descendencia no tendrá las mismas cualidades inteligibles que los padres, pudiendo un alma de oro tener como descendencia un alma de bronce y viceversa.
Desde mi punto de vista, no creo que las cualidades de una persona vengan dadas por la naturaleza del alma. Sin duda pienso que será la educación la que determine nuestras características y que, si todos reciben la misma educación, no será posible distinguir entre almas de oro, plata y bronce, ya que todos los hombres estarán más o menos al mismo nivel. Si todos se desarrollan en el mismo entorno y con la misma educación, creo que todos podrían lograr las cualidades para ser tanto gobernantes, como guardianes o productores. En términos platónicos, podría decirse que el alma de todo hombre esta formada por la misma proporción de alma racional, irascible y apetitiva y que será la educación recibida la que desarrollará las diferentes partes del alma. 
La forma en que propongo la naturaleza del alma supone un gran problema ya que impediría la creación del estado platónico debido a que si tenemos un alma igual y recibimos una educación idéntica, todos podríamos pertenecer a cualquier clase y no habría forma "justa" de decidir quién recibirá un tipo u otro de educación. Esta claro que la separación en clases es imprescindible ya que no todos podemos ser gobernantes, ni todos guardianes... Sin duda han de coexistir las tres clases para la función del estado ideal y sería necesaria una forma de distinguir quienes reciben un tipo de educación u otra.
En resumen, opino que las cualidades del ser humano vienen dadas por la educación recibida ya que sera esta la que desarrolle una u otra parte del alma, con lo cual, si todos recibimos una educación igual desde el momento en que nacemos y nos desarrollamos en el mismo entorno, contaremos con las mismas cualidades, pudiendo ser tanto gobernantes, como guardianes o productores. Esto imposibilitaría la creación del estado platónico ya que no sería posible la distinción entre almas de oro, plata y bronce desde la educación planteada por Platón y es totalmente necesaria la existencia de las tres clases para el funcionamiento del estado ideal. 



lunes, 11 de junio de 2012

¿Hasta dónde debe llegar el Estado?

El papel del Estado en la sociedad es crucial, siendo este el que determine según su naturaleza que tipo de sociedad se va a dar, desde una sociedad igualitaria a una dictadura totalitaria.
En principio, debemos diferenciar dos posturas: una en la que el estado tiene un poder mínimo en el que apenas puede regular la economía dando así un sociedad basada en la propiedad privada y la riqueza que acabarán por repartirse de forma desigual jerarquizando la sociedad, o un estado que actuará como eje central en esa sociedad con un poder enorme en busca de una sociedad igualitaria, pero hemos visto  a lo largo de la historia que ese poder desmesurado en manos de unos pocos acaba por degenerar en una dictadura.

Pues bien, lo que yo persigo es una sociedad igualitaria, y que mejor forma de Estado para este propósito que el Estado socialista. Sería ilógico pensar en un Estado Liberal ya que este, por su propia naturaleza, es el causante de las diferencias sociales. Al no haber un poder que regule la economía, puede darse el caso en que una cantidad de poder enorme se junte en unas pocas personas. Ese poder desmesurado que consiguió esa empresa tendrá gran impacto en la sociedad a la que pertenezca, es decir, las acciones de dicha empresa tendrán un impacto directo sobre la sociedad. Solo hace falta ver el presente en que unas pocas multinacionales pueden hundir o sacar adelante a un pais. Es ilógico que dejemos que estas desigualdades se den fácilmente.
Es necesario un poder que se encargue de mantener una igualdad, que regule los intercambios económicos, que impida que la riqueza se concentre en algunos estratos sociales, que ofrezca las mismas oportunidades a todos... El eje central de la sociedad igualitaria debe ser el Estado.
Llegados a este punto, para conseguir la sociedad igualitaria de la que estoy tan convencido, no queda otra que eliminar el principal motivo de desigualdad, la propiedad privada y la riqueza, así, quien menos tiene no se verá obligado a trabajar para el que más tiene, sino que el trabajo ahora se traducirá en un bien común para todos. Si ya no hay riqueza que recibir a cambio de nuestro trabajo,este tendrá como única finalidad beneficiar a  la sociedad. A simple vista esto sería como trabajar gratis, como si no recibimos nada por nuestro trabajo, pero en el momento en que pertenecemos a una sociedad y trabajamos con el objetivo de volverla una sociedad mejor, estamos recibiendo beneficios directos aumentando no sólo nuestra condición, sino la de todos que pertenezcan a esta sociedad.
Esta sociedad igualitaria debe estar fuertemente culturizada y estar abierta a un diálogo constante entre sus integrantes. Esto se conseguirá mediante una educación preestablecida que será uno de los puntos fuertes de esta sociedad que propongo. Lógicamente,sería desarrollada e implantada por algún sistema estatal y, en principio, con esto conseguiremos en parte prescindir de otra funciones del estado, como es su función represora y de castigo ya que una sociedad debidamente culta en un sistema igualitario rara vez dará conflictos que haya que resolver, pero ojo, no digo de eliminarlos totalmente, ya que se pueden dar conflictos por motivos irracionales y han de ser resueltos, pero no mediante castigos, sino aconsejando y orientando. Los castigos quizás sean prescindibles ya que el ciudadano sabio de esta sociedad será lo suficientemente racional para ver su error y corregirlo, aunque tenga que ser advertido por un órgano estatal, este acabará por darse cuenta y lanzarse de nuevo al bien común.
Pues bien, el gran problema de esta sociedad y de este estado con un poder tan grande reside precisamente en quien debe dirigir dicho estado. Este tema es de extrema importancia ya que podríamos caer otra vez en esas utopías no tan utópicas que basaban su estructura en el socialismo, pero que acabaron convertidas en verdaderos infiernos dictatoriales como fue la Rusia de Stalin.
Si el Estado está integrado por unas pocas personas en una sociedad enorme, el poder que manejan será de proporciones exageradas que acaba por corromper y alejar del propósito inicial a sus dirigentes, convertidos ahora en tiranos. Es por esto que pienso que el Estado debe estar integrado por todos, pero que ese todos no pueda ser un número excesivo de personas. Para esto, debemos olvidar un estado que abarca todo un país y considerar, por ejemplo, las ciudades estado. En estas habrá una participación directa en la vida política y se podrá decidir las medidas que ha de tomar el estado de forma mucho más efectiva. La organización de una sociedad con pocos habitantes será mucho mejor, ademas de que las propias funciones del Estado serán fácilmente aplicables.
La idea que propongo ahora es totalmente utópica e irrealizable pero gozaríamos de unas ventajas increíbles aunque por la magnitud del asunto, como ya he dicho, es irrealizable. Esta idea consistiría en que todos los Estados acordarán entre sí un único objetivo global en busca del bien común  y que entre estos Estado haya un flujo constante de cultura, avances tecnológicos e información. Lógicamente es totalmente irrealizable, por las barreras geológicas, los posibles choques entre culturas y por la simple magnitud de este proyecto.
Podríamos simplificar esta idea siendo sólo los Estados cercanos en un mismo lugar los que mantengan fuertes relaciones, beneficiándose así entre ellas.

En resumen, el Estado debe ser el eje central de la sociedad, teniendo un poder total sobre la misma y es por eso que, para evitar injusticias y alcanzar el bien común, debe estar compuesto por todos y cada uno de los ciudadanos, con lo cual será necesario una sociedad pequeña como son las ciudades estado. Este Estado alcanzará todos los aspectos de la vida política, tanto educación, sanidad, comercio... pero tendrá como principal objetivo la comodidad e integridad de los ciudadanos y la instauración del igualitarismo. Además, deben existir relaciones culturales entre los diferentes Estados de un mismo territorio, consiguiendo así un beneficio enorme ya que los avances que ha conseguido un Estado beneficiaría a otro Estado y este a su vez beneficiará al otro con sus propios avances.