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viernes, 1 de junio de 2012

Los hijos bastardos del dinero.

Somos hijos del dinero. Hemos creado un sistema del que nos hemos vuelto esclavos. Este nos obliga desde el momento en que nacemos, cuando ni siquiera somos seres racionales, a aceptar un tipo de vida estándar, atada al poder del dinero.
Desde nuestra niñez nos empiezan a atiborrar de conocimientos, pero no con el objetivo de saber y comprender, de volvernos personas cultas, sino con el fin de ser económicamente viables en la sociedad. Estaremos obligados a trabajar, muchas veces en cosas totalmente ajenas a nosotros, y todo ello por la necesidad de dinero, el cual es la única vía de supervivencia en esta sociedad. Sino contamos con cierta riqueza, difícilmente podremos cubrir nuestras necesidades más básicas. Todo esta atado al dinero... comida, un lugar donde vivir, estatus social... Todo.
Seremos ajenos a la sociedad, verdaderos parias sin valor para la sociedad si no contamos con dinero. Quizás halla quienes digan que todos tenemos opción de adquirir riqueza, que todos tenemos opción de prepararnos para desempeñar un trabajo... Pero la realidad es que cada vez vemos mas pobreza, mas gente preparada para un trabajo, el cual no pueden desempeñar, ya sea porque no es suficientemente útil o rentable. Volvemos a lo mismo. El trabajo se traduce en dinero, no en el bien que pueda aportar a la sociedad.
Hemos creado un monstruo con un poder enorme. Lo que estaba destinado para simples intercambios comerciales se ha convertido en un modelo de vida, en unos ideales, en unos valores impuestos... y no son muy positivos que digamos.
Es tan fuerte su influencia que anteponemos el dinero ante prácticamente todo...Empezaremos absurdas guerras por un poco de petroleo (el cual, como todo, se traduce fácilmente en dinero), la salud global parece que no logra alcanzar la importancia del dinero ya que patentamos todo medicamento que descubrimos poniendo precios inaccesibles para gran parte de la población, venderemos los ideales de los que tan convencidos estábamos por un fajo de billetes, estudiaremos algo que no nos guste por el simple hecho de ganar más, nos volveremos grandes hipócritas ya que montaremos organizaciones presumiendo de generosos, bondadosos, altruistas y caritativos aunque, por alguna extraña razón, no consiguen relacionar los miles de millones en sus bolsillos capaces de erradicar  2 veces el hambre en el mundo con este problema, creamos sistemas políticos igualitarios con ideales totalmente contrarios al capitalismo pero que acaban degenerando en dictaduras podridas de dinero capaces de competir con las superpotencias capitalistas...
Es innegable, somos los esclavos del dinero, hemos puesto precio a nuestra libertad, vendido nuestra naturaleza, nuestros valores, nuestras vidas... Bienvenidos a la dictadura del capital.

2 comentarios:

  1. Buena entrada Unai. Veo que tus ideales roussonianos permanecen firmes. Haces bien.
    Saludos

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  2. Sinceramente, y aunque sabes que soy un adicto a este sistema (quizá por tradición, o por egoísmo, me da igual), he de decir que tienes razón.
    Sí. El mundo se mueve por dinero. Todos estudiamos para llegar a ser más que el compañero, y no como personas, sino como poseedores de capital. Esto es algo sabido por todos.

    Sin embargo, y siendo un poco menos crítico con el sistema que tú, le atribuyo la misma responsabilidad al gobernante que abandera este modelo y al proletariado que lo acepta.

    Sé que saltarás en pos de defender a los pobres ciudadanos que se ven sometidos, pero digo en mi defensa que si de verdad quisieramos cambiar las cosas miraríamos al pasado y veríamos que la Revolución Francesa ya se dió una vez. Si de verdad tuvieramos interés por cambiar algo, el pueblo ya le habría "cortado la cabeza" al partido político de turno.

    Buena entrada.

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